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Ole, ole y ole

Mi post de hoy es para alabar a las mujeres multiactividad que son capaces de sacar el máximo rendimiento a su tiempo, para dedicarlo a su trabajo, a su familia, a su casa y a su tiempo libre. 


  • Un ole por ellas porque saben trabajar de sol a sol cumpliendo todos los días los objetivos marcados por su empresa. 


  • Un ole por aquellas mujeres que después de su trabajo siguen teniendo tiempo para los quehaceres diarios de su casa (siempre compartiendo las tareas con su pareja), pero aún así que quitan mucho tiempo. 


  • Un ole por aquellas mujeres que además se atreven a tener hijos y que después de su larga jornada laboral les ayudan a hacer sus tareas para el cole. 


  • Un ole por aquellas mujeres que tienen tiempo de aprender un idioma en su tiempo libre o de hacer cualquier curso. Empiezo uno de redacción para Internet el 21 y no se como me voy a organizar. 


  • Un ole por aquellas mujeres que sacan un rato de su tiempo para hacer una actividad deportiva que las permita mantenerse en forma. 


  • Un ole por aquellas que además de todas las anteriores cosas, también tienen un blog al que dedicarle tiempo escribiendo cada semana nuevo contenido para el resto de lectoras. 
  • Y por aquellas que cumpliendo todos estos puntos son capaces de actualizar sus redes sociales, subiendo fotos super monas con sus amigas y pareja por diferentes locales de moda de Madrid o en una playa maravillosa 

¿De donde sacáis el tiempo?

Estoy escribiendo este post a las 10 de la noche después de haber pasado fuera de casa doce horas, de haber hecho mis tareas diarias de casa y de haberme dedicado a mi solamente 10 minutos. Tenía ganas de escribir este post y liberar mi estres antes de irme a la cama. La verdad que quienes cumplís todos los puntos, no se como lo hacéis, pero os admiro ¡Se admiten consejos!

Consejos para la vuelta a la rutina

Adiós a la playa, adiós al relax y al descanso y hola al trabajo, al frío. Así es como nos encontramos esta semana. Para llevar lo más fácilmente posible la vuelta a la rutina, recomendamos llevar a cabo los siguientes consejos:

  • Centrarse en la realidad. Es muy difícil volver a la rutina pensado lo mucho que se ha disfrutado durante las vacaciones. Hay que enfrentarse al día a día con los aspectos más agradables de la rutina y olvidar aquellos pensamientos que nos trasladen de nuevo al pasado y a opciones que ya no son factibles.
  • Ocio personal obligatorio al día. Para estar activo y cumplir perfectamente con las tareas del trabajo, hay que respetar cada día el tiempo para uno mismo. Es necesario programar un tiempo de ocio personal -ya sean 15 minutos o 2 horas- pero se hace imprescindible un tiempo de disfrute personal para ajustar la vida a los nuevos ritmos de la rutina.
  • Agradece las vacaciones. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo puede disfrutar de un tiempo de vacaciones. 
  • Baja cuanto antes de la nube. El ocio y la desconexión provoca una sensación de bienestar que hace que «la euforia vacacional» nuble la realidad, el día a día y las obligaciones. Las metas ha de ser muy concretas, medibles y realistas, de otro modo solo valdrá para caer en la frustración.
  • Pensar a corto plazo. En vez de soñar con el próximo verano hay que hacerlo con el próximo fin de semana. La meta corta estimula, la muy larga, incomoda. Prepara alguna escapada o plan de fin de semana que te estimule y te anime. 
  • Incorporar hábitos de las vacaciones a la rutina del trabajo. Por ejemplo salir cada tarde a dar un paseo, pero es posible hacerlo sin mayor esfuerzo cada día después de trabajar.
  • Come equilibrado y duerme bien. Es importante llevar una vida sana. No hacen falta dietas, basta con tener una alimentación equilibrada y practicar algo de deporte.

Estrés y frenetismo en nuestro día a día

La entrada de esta semana no está tan orientada a la decoración como es lo habitual, al ser el objetivo de este blog. Esta semana voy a dedicar la entrada a hacer una critica de la sociedad y del estado frenético en el que vivimos y la obligación impuesta de ser los más listos, comprometidos y ocupados.
Salir de casa a las siete de la mañana, transporte al trabajo, ocho horas trabajando, gimnasio, inglés, otros estudios y vuelta a casa. Preparar la comida del día siguiente y a dormir. Tiempo para nosotros mismos: cero patatero.



Y si se tiene hijos peor aun. Tienen que ir a clase, actividades extraescolares, estudiar dos idiomas por lo menos, ser más listos que ninguno... Viven desde pequeños estresados y sin tiempo para jugar.

En las grandes ciudades además, hay otra clase de relación padres-hijos que son los niños mochilas. ¿Sabéis a que me refiero? Son aquellos padres que madrugan excesivamente y viven lejos del trabajo. Yo lo veo todos los días, ya que vivo en un pueblo de la comunidad de Madrid y en el autobús suelen ir varios. Hay madres que prefieren tener a sus hijos cerca del trabajo, para ofrecerles una educación más completa que en los pueblos, a costa de viajar todos los días a Madrid. Depende de a que parte de la ciudad se dirijan, pueden llegar a sufrir una hora y media de autobus y metro cada día. Los peques tienen rutinas de adultos, madrugones y llegadas a casa tardísimo, sobre las 7-8, cuando sus padres vuelven de trabajar ¿A esa hora se pondrán a estudiar? Eso sí durante todo el día, clases de chino, inglés, música... De verdad, dejemos que también sean niños y disfruten correteando con los amigos a la salida del cole, que ya tendrán tiempo de ser adultos. 

La sociedad nos impone un ritmo más alto del que podemos, que hace que vivamos estresados y agobiados por nuestro escaso tiempo libre. Y cuando lo tenemos nos surge la obligación de hacer más cosas, de no estar quietos en el sofá de casa descansando, sino también tener una vida social plena. No nos vale con lo profesional, también aprovechamos hasta el último minuto del fin de semana para hacer planes. 

Recientemente he leído un estudio en el que decía que Madrid estaba entre las seis comunidades autónomas en las que hay más tristeza. Estoy convencida de ello, con tantas obligaciones impuestas apenas tenemos tiempo de disfrutar de lo esencialmente importante de la vida, la familia, los amigos, las aficiones... con este ritmo de vida o esto cambia o en unos años pareceremos máquinas para trabajar, estudiar y colgar fotos en redes sociales. Debemos dejar a un lado lo no esencial y centrarnos solamente en lo más importante para uno mismo y así aprovecharemos más el tiempo y seremos más felices ¡La vida son dos días!

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